24 Ago 2022

Los carros eléctricos no son lo que anuncian. En realidad son una cortina de humo que nubla el pensamiento.

Los carros eléctricos son el nuevo grito de la moda, pero detrás de su atractiva apariencia existen aspectos técnicos y datos claros que desmitifican su brillo.  Esto es muy serio ya que quita la presión por resolver el problema de emisión de gases y cambio climático tras la falsa percepción que generan.

Los carros eléctricos no son lo que anuncian.  En realidad son una cortina de humo que nubla el pensamiento.  Veamos.

1.- Los carros eléctricos requieren de baterías grandes que usualmente son producidas en China usando carbón como fuente de energía.  Según la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), el sólo hecho de producir una batería para un carro eléctrico puede emitir hasta un 25% de los gases invernadero que uno de gasolina emite a través de toda su vida útil.

2.- Los carros eléctricos son alimentados primariamente por electricidad que en casi todas partes es producida por plantas térmicas con combustibles fósiles.  Hay muy pocas excepciones de países o regiones que cuentan con mayoría de energías renovables como fuente de generación de energía, sin embargo la gran mayoría de los países queman diésel para producir electricidad y la contaminación generada del otro lado del planeta nos afecta a todos los habitantes del globo.  En otras palabras, se traslada la emisión de gases a la planta de generación de energía en lugar de la carretera, pero se sigue contaminando igual.  Si el mundo entero cumpliera las metas y logra 140 millones de carros eléctricos en 2030, la IEA estima que se reducirán las emisiones en 190 millones de toneladas de CO2apenas un 0,4% de las emisiones globales. En palabras de Fatih Biroldirector de dicha asociación, “Si usted piensa que usted puede salvar el cambio climático con carros eléctricos, usted está totalmente equivocado”.  Existe una mucho más simple solución: de nuevo y según la IEA, los carros híbridos ahorran casi la misma cantidad de CO2 que los carros eléctricos a lo largo de su vida.  Son competitivos con los carros de combustión interna aún sin subsidios, y no tienen ninguna de las desventajas del carro eléctrico, o la necesidad de nuevas infraestructuras ni la ansiedad del rango y duración de recarga de esos vehículos.

3.- Al cambio climático no le importa de dónde viene el CO2.  Los carros personales suman alrededor del 7% de las emisiones globales, y los eléctricos apenas contribuyen con su reducción.  En vez de poner el foco en ellos deberíamos fijarnos en los grandes emisores como la calefacción y la producción eléctrica.  Si la ciencia pudiera hacer más baratas las energías limpias, realmente disfrutaríamos de un cambio sustantivo*.  Los carros eléctricos además son mucho más pesados que los carros de combustión interna.  En promedio pesan entre un 14% y un 20% más que los modelos comparables.  Este es un dato real que nos obliga a agregar a la ecuación factores como el desgaste de las llantas -hechas con petróleo-, el deterioro de la infraestructura y el terrible impacto contra el ser humano en caso de accidente.

4.- Los carros eléctricos requieren seis veces más fuentes minerales que los vehículos convencionales.  La mayoría de estos minerales van en la batería y su proceso de producción.  Entre ellos están el litio, níquel, cobalto, manganeso, cobre y grafito.  Otros minerales llevan el nombre de neodimio, praseodimio, disprosio y terbio.  Para producir una tonelada de litio que se extrae de minas en altas montañas de clima seco como en Chile y el Tíbet, se necesitan medio millón de galones de agua.  La extracción de litio no es más amigable con el ambiente o limpia que el fracking hidráulico.  “Como cualquier proceso minero de extracción, es invasivo, deja cicatrices en el paisaje, destruye las fuentes de agua y contamina el planeta y los pozos locales”, dice Guillermo González,un experto en baterías de litio de la Universidad de Chile.  “No solo no es una solución limpia, no es una solución del todo.”

5.- Cerca del 90% de los minerales raros del mundo vienen de países antidemocráticos como China, o países con pobreza extrema como El Congo o Bolivia.  Los expertos esperan que la demanda de minerales raros crezca tanto, que una “cartelización” de la producción es inevitable.  En otras palabras, no esperemos que las políticas de la minería de elementos raros sea más noble que aquellas de los países petroleros, o que eviten la explotación de la dignidad humana.  Podemos esperar más abusos a los derechos humanos y ofensas a la dignidad de las personas al ser explotadas para lograr el resultado.  Cerca de la mitad de los depósitos de litio y cobre están concentrados en lugares que experimentan los más altos problemas de escasez de agua del mundo.  Igual que los lugares donde se hace fracking para extraer el gas natural.

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